Percepción de la radiación electromagnética

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El ojo humano solo es capaz de percibir un rango limitado de todo el espectro electromagnético.
La luz visible para el ser humano se encuentra en el rango de longitud de onda de 380 – 780 nm, que comprende desde el color púrpura, pasando por el azul, el verde, el amarillo, y llega hasta el rojo.

El ojo no puede percibir la radiación en el resto de longitudes de onda, pero si que podemos detectar sus efectos: la radiación UV nos puede quemar la piel. Los humanos detectamos la radiación infrarroja en forma de calor que incide en la piel.
 
Si pudiéramos ver el mundo a través de los ojos compuestos de una abeja nos parecería completamente diferente. A diferencia de los humanos, las abejas perciben la radiación electromagnética en un rango de longitud de onda mucho más corto. Las abejas perciben la luz desde unos 300 nm (radiación UV) hasta 650 nm (amarillo).

Por consiguiente, una abeja no puede ver el atractivo color de una amapola, aunque si que es capaz de percibirla en el rango ultravioleta. El ojo de la abeja, al estar adaptado a la radiación UV, puede percibir incluso las vetas de nectar en las flores.

En cambio, una cámara termográfica restringe su percepción al rango de longitud de onda de la radiación infrarroja.

La cámara normalmente "ve" dentro del rango de 8-14 µm y reproduce la información que registra como una falsa imagen de color para hacerla visible al ojo humano.