Antes de la puesta en servicio, en primer lugar se debe comprobar visualmente el estado sin problemas del instrumento de medición así como de los electrodos (nivel de líquido, vidrio roto, tapón de cierre).
Si es necesario se debe calibrar el sistema de medición con arreglo a las instrucciones del fabricante. Se debe hacer la comprobación de que el electrodo y el instrumento han sido seleccionados correctamente para la aplicación.
En primer lugar se conecta el electrodo al pHmetro (no aplica con electrodos fijos). Luego se debe lavar el electrodo con agua y se seca con una toalla, pero sin frotar. Frotar puede generar cargas eléctricas en la membrana de vidrio y provocará retardos en la visualización.
El proceso de medición:
Si el electrodo ha sido preparado, luego se sumerge en la solución a medir, se agita un poco y luego se deja reposar. Al hacerlo se debe sumergir el electrodo para que al menos un diafragma esté cubierto por la solución.
Se pueden observar diferentes valores de pH en soluciones agitadas y en reposo; normalmente, los valores de pH "imperturbables" son más exactos. Ello se debe a que la tensión generada en la solución durante la agitación influye sobre el resultado de la medición de forma negativa.
Tan pronto como se ha alcanzado una lectura estable (por ejemplo, con la ayuda de una función "Hold" automática), lea el valor, imprímalo y guarde o transmítalo directamente al ordenador. Entonces finaliza la medición.
Después de la medición aclare el electrodo con agua corriente y guárdelo con arreglo a las instrucciones del fabricante.
Error de medición:
Como ya se ha mencionado, muchos factores influyen sobre la medición del pH. Estos factores se originan químicamente (impurezas) o físicamente (influencias mecánicas tales como grietas en la membrana de vidrio) o son el resultado de errores de la medición y el envejecimiento del electrodo.