Análisis de proceso
El análisis de proceso, a diferencia del análisis de laboratorio, hace referencia a los procesos de medición, normalmente continuos, que se utilizan para determinar las condiciones físicas o químicas o las concentraciones de componentes químicos en medios de proceso, in situ, en una instalación.
El análisis de proceso se usa con mayor frecuencia en las instalaciones industriales de productos químicos, petroquímicos, producción de energía, metales y minerales, materias primas alimenticias y alimentos de lujo, papel y pulpa, piedra y arcilla, sino, también, en la construcción de motores y en investigación y desarrollo, por ejemplo. En el caso de medios de proceso gaseosos (gases de combustión, gases de proceso, gases de escape, así como aire), se hace referencia al análisis de gases de proceso.
Por toda la instalación están distribuidos puntos de medición con el muestreo y los instrumentos de medición (analizadores de gases) en continuo (en la caldera, chimenea, horno de cemento, antes del precipitador electrostático, en una torre de destilación, etc.) en condiciones operativas extremadamente duras, en algunos casos. A la vista de esto, las diferencias con el análisis de laboratorio, donde se toman muestras discretas de un proceso y se examinan en un laboratorio en condiciones de laboratorio controladas y estables quedan claras.
El resultado de las mediciones se usa:
Analizadores:
El elemento central de cualquier analizador son sensores o sistemas de sensores específicos de la sustancia. Su funcionamiento está basado en principios físicos o químicos tales como la absorción, adsorción, transmisión, ionización, oxidación catalítica o propiedades paramagnéticas o electroquímicas. Los sensores reaccionan a un cambio en el parámetro con un cambio correspondiente en su propiedad (ej., aumento de la absorción de la luz o reducción de la conductividad), a partir de lo cual se puede obtener una señal de medición.
Por lo que respecta al diseño, se pueden clasificar en:
Gracias a los últimos avances se dispone de dispositivos que combinan movilidad y medición estacionaria a largo plazo.
Un ejemplo de esto es el analizador testo 360, que es fácilmente transportable aunque adecuado y está aprobado para mediciones a largo plazo durante varias semanas.