Hasta los inicios del siglo XVII, se pensaba que los colores eran simplemente mezclas de luz y oscuridad.
Pero en 1672, Sir Isaac Newton hizo un descubrimiento revolucionario.
Cuando dirigió un rayo de sol a través de un prisma hacia una pantalla, fue capaz de observar una banda de luz que contenía los colores violeta, azul, verde, amarillo, naranja y rojo.
A partir de este experimento, Newton sacó la conclusión que la luz debía consistir en varios "tipos" diferentes (lo que hoy conocemos como longitudes de onda).
Al inicio del siglo XIX, el astrónomo y técnico experto Germano-Británico Friedrich Wilhelm Herschel llevó los experimentos de Newton a un nivel superior.
Herschel situó termómetros de cristal en cada uno de los colores creados por un prisma, de tal manera que pudo determinar el contenido de calor de cada color individual del espectro.
Herschel observó una tendencia ascendente en la temperatura del azul al rojo, y todavía fue más sorprendente descubrir que la temperatura más allá del color rojo era incluso superior.
Herschel dedujo a partir de esa comprobación que una forma de energía se producía en ese rango y que el sol emitía radiación "invisible" más allá del rango visible. A esta radiación le dió el nombre de "ultrarroja" (conocida hoy como: "Infrarroja ")
Infrarroja: El prefijo "infra" deriva del Latín, significa "inferior, debajo".
En la palabra "infrarroja", el prefijo se refiere a la frecuencia, porque este tipo de radiación tiene una frecuencia inferior (0.3–385 THz) que la luz visible por el ojo humano (385–750 THz).
Infrarroja = por debajo del rango de luz visible.
El antónimo de "infra" es "ultra" (Lat. "mas allá de", indicación de exceso).
La frecuencia de la radiación ultravioleta, por ejemplo, está por encima de la luz visible.
La denominación acuñada por Herschel's "ultrarroja" apenas se usa hoy en día puesto que resulta incomprensible en los términos actuales.
Herschel usó "ultrarroja" para definir el rango que simplemente está "más allá" de la luz roja visible por el ojo humano.